La Autoridad Portuaria de Baleares (APB), en colaboración con el Ajuntament de Palma, presentó ayer el proyecto de reordenación del Portitxol, que busca abrir este enclave estratégico al barrio y al mar, transformando su frente marítimo en un espacio más accesible, integrado y sostenible.
La propuesta contempla la liberación de 4.300 metros cuadrados para uso público, la creación de 5.500 metros cuadrados de zonas verdes, la eliminación de barreras arquitectónicas y la mejora de la movilidad urbana, tanto para peatones como para residentes.
“De un enclave cerrado y tensionado pasaremos a un ámbito abierto, ordenado y sostenible, que aportará más calidad de vida, más ciudad y más mar para todos”, subrayó el presidente de la APB, Javier Sanz.
Rediseño del paseo y eliminación del desnivel
Una de las actuaciones clave será la reordenación del paseo marítimo y la desembocadura del torrente de na Bàrbara, eliminando el actual desnivel de cuatro metros entre el paseo y los muelles. Esto permitirá una plataforma continua y accesible, sin barreras que limiten el paso ni la vista al mar.
El proyecto incluye también:
- Un aparcamiento en superficie para residentes
- La peatonalización de la calle de la Sirena, donde se ubica el Hotel Portixol
- La reordenación de accesos al tráfico rodado, priorizando a peatones y vecinos
Gran plaza pública y nuevos usos portuarios
La intervención permitirá habilitar una gran plaza frente al mar, acompañada de un aparcamiento subterráneo y nuevas zonas de uso lúdico. Espacios ocupados actualmente por tráfico y marina seca se sustituirán por áreas verdes y de convivencia.
El Club Nàutic Portitxol trasladará su escuela de vela al muelle de pescadores, mientras que su varadero y marina seca se ubicarán en la zona de Troneras, que se dotará de más servicios como una estación de combustible adaptada a embarcaciones y mejoras en el espejo de agua para dar respuesta a la alta demanda de amarres sociales.
Un paseo mirador en el dique exterior de Troneras
En la zona de Troneras se construirá un paseo mirador en el dique exterior, con una cubierta transitable adosada al espaldón. Bajo ella se habilitarán espacios para usos portuarios como talleres, almacenes y pañoles.
Este diseño replicará la solución aplicada recientemente en el puerto vecino del Molinar, donde se creó un mirador que combina funcionalidad portuaria con un nuevo balcón al mar para la ciudadanía