Desde hace ya cuatro meses, la tensión ha ido en aumento entre los trabajadores del Ferrocarril de Sóller y la dirección de la empresa mientras negocian un nuevo convenio colectivo. A medida que las discusiones continúan, se hace cada vez más evidente que no existe un terreno común en varios aspectos que la plantilla califica como “capitales” para su bienestar laboral.
Uno de los puntos más espinosos de la negociación es la implementación de un reglamento de circulación específico para el Ferrocarril de Sóller. Los trabajadores argumentan que un reglamento interno adecuado es esencial para garantizar la seguridad y eficiencia de sus operaciones, pero la dirección de la empresa parece reticente a ceder en este asunto.
Otro punto de fricción es la temporalidad de los contratos. Los empleados fijos discontinuos han expresado un deseo ferviente de extender su período de trabajo a nueve meses, permitiéndoles una mayor estabilidad financiera. Sin embargo, este requerimiento no ha encontrado eco en la dirección de la empresa, lo que agrega más leña al fuego de las negociaciones.
La falta de entendimiento llegó a un punto crítico este jueves por la tarde, cuando las partes involucradas no lograron acordar los términos del nuevo convenio colectivo. En respuesta, los trabajadores han decidido tomar medidas drásticas. Se ha anunciado una serie de paros que tendrán lugar los días 22, 23, 29, 30 y 31 de agosto, así como del 7 al 9 de septiembre. Estos paros afectarán tanto a los empleados del tranvía como a los del tren, lo que amenaza con interrumpir gravemente el servicio en una temporada turística crucial.
La situación se complica aún más por las diferencias en las compensaciones salariales entre los empleados antiguos y los recién incorporados. Cerca de 110 trabajadores conforman la plantilla, y los más veteranos se benefician de complementos salariales que los nuevos empleados no disfrutan. Sin embargo, la empresa se muestra inflexible en su rechazo a la idea de tener dos tablas salariales, lo que ha aumentado la tensión en la mesa de negociaciones.
A pesar de la confrontación, hay un atisbo de esperanza. La dirección de la empresa ha expresado su disposición a explorar todas las vías de negociación posibles para evitar una paralización completa del servicio durante la temporada turística. Los espectadores están atentos a medida que ambas partes luchan por encontrar un terreno común que satisfaga las demandas de los trabajadores y garantice la continuidad de las operaciones en el Ferrocarril de Sóller.