El deporte mallorquín se viste de luto con la noticia del fallecimiento de una de sus leyendas más queridas, Guillem Timoner Obrador (1926-2023), a la edad de 97 años. Con su partida, se apaga la llama del arcoíris de un ciclista excepcional, seis veces campeón del mundo y 24 veces campeón de España. Este jueves, el corazón de Felanitx y de todo el mundo del ciclismo llora la pérdida de un ícono cuyo legado será imposible de olvidar.
Nacido en Felanitx el 24 de marzo de 1926, Timoner es una leyenda del deporte español, siendo el primer español en convertirse en campeón del mundo en ciclismo. Conocido como el rey del medio fondo, su camino hacia la cima fue forjado con determinación y pasión, pedaleando incansablemente hacia la gloria.
«Yo, como principal herencia, dejo un nombre para la historia del ciclismo»
En una entrevista con el periodista Miguel Vidal.
Timoner, cuya exitosa carrera profesional se desarrolló en los años 50 y 60, se coronó campeón del mundo detrás de moto stayer en seis ocasiones: 1955, 1959, 1960, 1962, 1964 y 1965. Además, se adjudicó la plata en 1956 y 1958. Su palmarés incluye siete victorias en el Gran Premio de las Naciones y otros numerosos títulos como el Gran Premi de Mallorca, de Europa, de Amberes y el Ciutat de Palma. Su nombre se convirtió en sinónimo de excelencia y dedicación en el mundo del ciclismo.
Tras su retirada del ciclismo profesional en 1968, Timoner continuó su contribución al deporte como seleccionador de ciclismo en pista entre 1971 y 1978, transmitiendo su experiencia y pasión a las nuevas generaciones.
El impacto de Guillem Timoner trascendió más allá de las competiciones. Su legado quedó inmortalizado en las calles de Felanitx, donde una calle lleva su nombre, así como en el polideportivo de la localidad. En el santuario de Sant Salvador, se exhiben sus seis maillots arcoíris que certifican su condición de campeón del mundo, siendo estas joyas parte del museo que donó como ofrenda a la Virgen del Puig.
La historia de Timoner es la de un joven carpintero que encontró su pasión en la bicicleta. A pesar de los tiempos difíciles para el ciclismo en España, él abrió camino a generaciones de campeones que le siguieron. Desde su primera carrera sin licencia en 1939 hasta su victoria en el Campeonato del Mundo en 1955, su recorrido fue un testimonio de perseverancia y determinación que cambió para siempre la historia del ciclismo español.
Guillem Timoner Obrador deja un legado imborrable en el deporte mallorquín y español. Su nombre resonará en las pistas y en los corazones de los aficionados al ciclismo, y su influencia se extenderá a las generaciones venideras que encontrarán inspiración en su historia de superación y éxito.