La Sierra de Tramontana, en la hermosa isla de Mallorca, es un lugar de ensueño con impresionantes paisajes naturales y una rica historia cultural. La Familia Real de España ha visitado y explorado algunos de los sitios más destacados de esta región encantadora, descubriendo tesoros históricos y paisajes pintorescos. Acompáñanos en este recorrido por los lugares que la Familia Real ha descubierto en la Sierra de Tramontana.
Jardines de Alfàbia: Un paraíso natural
En el corazón de la Sierra de Tramontana se encuentra el magnífico conjunto de los Jardines de Alfàbia en Bunyola. La Familia Real quedó maravillada con esta joya que incluye una espectacular casa, jardines y huertos. Con una historia que se remonta a la época árabe, el lugar ha sido embellecido en el siglo XVIII con elementos barrocos que lo definen en la actualidad. Sus atractivos incluyen una avenida romántica, una escalera monumental de piedra, una pérgola con juegos de agua y el Jardinet de la Reina dedicado a Isabel II. Los jardines están abiertos todos los días hasta las 18:30 y su entrada tiene un costo de 8 €.
Santuario de Lluc: Centro espiritual y cultural
La Familia Real visitó el Santuario de Lluc en el décimo aniversario de la declaración de la Sierra de Tramontana como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este santuario es un centro espiritual importante en la isla y también es conocido por ser el hogar de la escolanía más antigua de Europa, los Baluets de Lluc. El lugar cuenta con una basílica barroca, un museo, un jardín botánico y una hospedería. Es un lugar perfecto para escuchar la salve interpretada por la escolanía durante las celebraciones. La basílica abre todos los días y el museo de lunes a viernes por la mañana.
Valldemossa y la Cartuja: Un pueblo con encanto
El pintoresco pueblo de Valldemossa también cautivó a la Familia Real con sus calles empedradas, casas con contraventanas de colores y miradores con vistas impresionantes. El pueblo es famoso por haber sido visitado por personalidades como el archiduque Luis Salvador de Austria, la emperatriz Sissi, George Sand y Frédéric Chopin. La Cartuja, una antigua residencia monástica, es otro punto destacado. Abre de lunes a sábado y su entrada incluye un recital de piano de 15 minutos.
Son Marroig: Un mirador espectacular
Esta antigua possessió del siglo XVI, propiedad del Archiduque Luis Salvador, es conocida por ofrecer una de las panorámicas más bellas de la costa norte de Mallorca. Desde aquí, un camino lleva hasta la península de Sa Foradada, una formación rocosa única perforada por la erosión del viento.
En tren y tranvía por Sóller: Un paseo encantador
El recorrido en el tranvía que une Sóller con el puerto marítimo es una experiencia turística imperdible. El trayecto de 4 kilómetros discurre entre huertos y campos de naranjos y limoneros, brindando vistas impresionantes. También se puede llegar a Sóller en tren desde Palma, disfrutando del paisaje durante el viaje.
Can Prunera: Arte y cultura
La Familia Real visitó el museo Can Prunera en Sóller, una antigua casa modernista que alberga una colección de obras de maestros de los siglos XIX y XX, como Toulouse-Lautrec, Paul Klee y Joan Miró, entre otros. El museo está abierto en verano de martes a sábado.
Finca Raixa: Historia y arte
En el municipio de Bunyola, la Familia Real visitó la Finca Raixa, una finca histórica y artística con casas y jardines que conservan el aire neoclásico. El lugar también alberga un centro de interpretación sobre el paisaje cultural de la Sierra Tramontana.
Granja de Esporles: Tradiciones en Mallorca
La Granja de Esporles es una antigua casa de campo que data del siglo X y ofrece un viaje al pasado a través de sus estancias, que conservan muebles y objetos de gran valor etnológico. Es un lugar que refleja las tradiciones que se mantienen vivas en la isla de Mallorca.
La Sierra de Tramontana ha dejado una impresión duradera en la Familia Real, que ha descubierto y disfrutado de la belleza y riqueza cultural de esta región única en el mundo. Cada visita ha sido una experiencia inolvidable, y estos lugares se mantienen como tesoros en el corazón de la Familia Real y en el de todos aquellos que han tenido la oportunidad de explorar esta maravillosa región de Mallorca.